El talento musical puede entrenarse
Shinichi Suzuki, violinista y pedagogo musical basó su método en la filosofía de que el talento musical puede desarrollarse de la misma manera un niño aprende a hablar. La reflexión de que todo niño es capaz de hablar japonés pese a las dificultades que pueda entrañar el aprendizaje de ésta o cualquier otra lengua, le llevó a sostener la hipótesis de que esto mismo podría aplicarse para que el niño desarrollara habilidades musicales.
Escuchar música
Durante prácticamente el primer año de vida, los niños no pronuncian palabras sin embargo están continuamente escuchándolas de su entorno y poco a poco las van reconociendo. De esta misma manera, un niño que escuche continuamente el repertorio Suzuki será capaz de reconocer las canciones.
Repetición constante
Los niños aprenden palabras a base de repetirlas e ir incorporándolas a su vocabulario. Igualmente, la repetición constante resulta imprescindible para aprender a tocar. El niño se familiarizará con los ritmos y poco a poco conseguirá tocar la primera canción y a medida que vaya avanzando irá incorporando nuevas canciones pero volviendo continuamente a las aprendidas anteriormente con objeto de recordarlas e ir mejorando la técnica.
La participación de los padres
Una de las características relevantes del método es que los padres son partícipes del aprendizaje del niño. El padre o la madre asiste a la clase y aprende con él para en casa poder ayudarle y enseñarle. Los padres son sus “profesores en casa”. Cuanto mayor es la implicación de los padres, mayor la progresión del niño.
Un ambiente agradable
Cariño y refuerzo positivo son imprescindibles para que el niño se vea reforzado en sus logros. Cualquier avance, por pequeño que sea, debe ser aplaudido. Cada niño tiene su velocidad de aprendizaje pero mantener una actitud positiva contribuirá a la motivación del niño e incluso ayudará a ir alcanzando sus hitos con mayor celeridad.
El aprendizaje con otros niños
Los niños necesitan de niños. Las clases particulares permiten corregir la postura, la técnica, evaluar sus avances y elogiarlos pero es imprescindible la combinación con clases colectivas en las que trabajan con otros niños. Aquí ven los avances y logros de los demás y se motivan para alcanzar el nivel de los más adelantados. Es una competitividad sana en la que cada niño trata de sacar lo mejor de sí. Además el juego es la mejor táctica para que el niño vaya mejorando sus habilidades sin prácticamente esfuerzo.
Una filosofía de vida
Suzuki no pretendía conseguir músicos profesionales sino ayudar al niño a crecer como persona puesto que el trabajo en una atmósfera de cariño y respeto hacia el niño favorece el desarrollo de mejores personas. Se trata de una metodología que no sólo contribuye a que el niño desarrolle sus habilidades musicales sino que además crea un vínculo padre/madre hijo y le proporciona al niño otros valores adicionales como la autodisciplina, constancia y autoconfianza que le serán de utilidad en otros ámbitos de la vida.